32 años = 32 horas

Tres semanas tan cargadas de imprevistos, emociones, historias no podian terminar con un simple "se acabó"
Ya estamos en Madrid y el viaje de vuelta a casa ha sido una locura. Despues de la cena en Bangkok con los amigos de Inglaterra y del último masaje, nos fuimos al hotel, terminamos de cerrar las maletas y a la mañana siguiente (¡Ya tenemos "Ñ"!) nos fuimos al aeropuerto para coger el avión que salía a las 9.30. Aqui empieza la odisea porque, después de 10 vuelos sin ningún problema que hemos tenido en estas 3 semanas, nos comimos una cola interminable en facturación que terminó con el tipo más torpe del lugar intentando y no consiguiendo una y otra vez registrarnos en los vuelos (Bangkok - Doha / Doha - Madrid) Cristina, visionaria ella, me dijo -Ya verás como este nos la lía y nos pierde el equipaje o nos hace cualquier otra- pero nada podíamos hacer en es momento. Al final el amigo lo consiguió (eso nos dijo) y pasamos al siguiente obstáculo. La cola para el control de inmigración también se hizo interminable y al final, pese a llegar con dos horas de antelación al aeropuerto, entramos en el avión con el cartelito de "last call" en rojo.
El vuelo, de unas 6 horas, se estaba haciendo gélido porque el aire acondicionado estaba a tope y no había quien estuviese, hasta que escuchamos por megafonía eso que siempre ves en las pelis pero nunca te imaginas que vas a vivir: -Atención señores pasajeros, si hay algún médico a bordo por favor póngase en contacto con la tripulación de vuelo- En ese momento se te para el corazón y piensas en que como en "Aterriza como puedas", toda la tripulación ha cogido una indigestión y tienes que aterrizar tú el avión. Al final el problema fue que un pasajero se puso con un cólico nefrítico y tuvimos que desviarnos de la ruta y aterrizar en Calcuta, ni más ni menos, a que le atendiesen y donde estuvimos más de dos horas sin salir del avión por problemas, una vez más, con inmigración de India y no sé qué más líos.
El caso es que en Doha (Qatar) teníamos que coger un avión que nos llevase a Madrid pero lo perdimos y al llegar después de 9 horas de viaje nos dijeron que el próximo vuelo a ya no España, sino Europa, Paris, salía a las 1.35am y eran las 16pm. Menos mal que Qatar Airways es una compañía cojonuda y con mucha pasta (es lo que tiene el petroleo) y allí nos proporcionaron un hotel de puta madre para descansar, cena y demás atenciones incluidos los vuelos Doha - Paris y Paris - Madrid sin coste adicional.
A todo esto, he de decir que el día del vuelo de vuelta, era el 4 de julio, mi cumpleaños así que no veáis qué regalo más estupendo me estaba merendando. Por suerte, Cri tiene a una amiga currando en Doha. Es una diplomática italiana y al menos nos llevó a cenar con sus amigos a un italiano de lujo (en Doha no hay nada que no sea de lujo, es lo que tiene el petroleo) y allí pudimos brindar por mis 32 primaveras.
Total, que tras casi 24 horas de no probar una cama ni una ducha, cogimos el vuelo a Paris en el que pudimos dormir unas 4 horas, ver unas magnificas vistas de la ciudad desde el cielo y aterrizar en el Charles De Gaulle donde se cumplieron nuestros miedos y nos dijeron que como no nos habían dado resguardo de nuestras maletas en Bangkok (recordad al torpe que nos tocó) las maletas se tenían que quedar por seguridad allí. Menos mal que la amable señorita de Air France, al ver nuestras caras y oir nuestra desesperada historia, se puso en contacto con Qatar airways y arregló el problema.
Y así es como llegamos a Barajas donde no besamos el suelo al más puro estilo Wojtyla por vergüenza y donde terminó un viaje que empezó 32 horas antes en Bangkok. Estupendo regalo de mi 32 cumpleaños: Amanecí en Bangkok, me llevaron a Calcuta, me invitaron a cenar en Doha, me dieron una vuelta por los cielos de la ciudad de Paris y me dejaron en Madrid al día siguiente donde ya no podría ni recibir las llamadas de amigos y familiares para felicitarme. En fin, que todos los males sean así. Ya estamos en Madrid con algo de jet lag y mucho cansancio pero ya hemos llegado, vuelto a ver a Morgan y a las familias y con ganas de ver a los amigos. ¡¡Os llamaremos!!

Muchos besos.

Buque.